Puedo hallar tu rastro
perdido en tu nombre
y en la noche
que me recorre
con aires de mujer ausente.
Volviendo
en las esquinas
innombrables.
No conforme
con los ojos que recuerdo
y las manos que se escurren
en lágrimas de sal
del café olvidado
que no ve en la borra
tu cuerpo
diáfano
como luna irrepetible.
Mujer de mañana
en el alba
de la historia
para adentro
de estos tiempos.
Perdidos
en abrazos
que me han
robado
de mi calma
y de la vida.
De mi alma.
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