sábado, 11 de junio de 2011

La historia de los vivos, el futuro de los muertos.


Repaso mi recuerdos, veo este presente, donde todo al mejor estilo Discépolo; se mezcla, se mezcla?.
Las historias se manchan gratuitamente, en boca de quienes declaman la sangre del pasado sin haber jugado en él ni siquiera de espectadores.
El respeto, el silencio de los inocentes que dejan de serlo para convertirse en bandera de los mismos que los marcaron , y delataron.
Es que hemos perdido el simple hecho de reconocernos, reconocer al oponente, es decir el enemigo?. 
Todos saben, todos dicen, todos estuvieron y tienen soluciones,  este es el país que soñamos cuando éramos jóvenes? Aunque hoy sigamos creyendo, queriendo y creando.
 Cuando la vida se jugaba sin precisión en el momento; con la convicción del deber de hacer lo correcto.
Nuestros hijos, nuestros nietos ven el Circo Beat de esta historia, acríticamente;  donde estamos, donde están los recordados?
En las palabras de estos pensadores modernos, serviles, “objetivos”, funcionales como siempre; esta “nueva clase política” que da ejemplo ante nadie, sin oponentes, y los que todavía están colgados en su propia historia buscando un reconocimiento inalcanzable.
Es una historia de vivos, que no sea el futuro de los muertos, que empezemos a caminar sin prisa sin pausa, el camino que siempre estuvo en cada uno de los que todavía creemos que es posible.
No importa como, sino donde, con quien,  volver, volver?
Nos   “robaron el fútbol” , parte de la historia, pero no la vida y la sangre que nos recorre.

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