miércoles, 8 de junio de 2011


En algún momento
sólo
se esparce el tiempo
sin desdichas
en las sonrisas
de los que no están.

Nocturno
hijo del vino
y del silencio
premeditado
en este instante.

Crece
en el sosiego
de lo que está
y se esconde
en nuestra mente.

Para renacer
lento, pausado
sin memoria
con presente
en las palabras
que discurren
hoy.

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