La vieja, mujer, recorre,
eternamente, la calle.
El tiempo no importa, las sabanas tampoco...
Las caricias del dia y de la noche,
La violencia...
el amor, el deseo,
la locura, o la vida.
Percepcion que no comparte,
caricias que se esfuman,
en el alo del tabaco.
Para seguir desgastando los tacos,
hasta el infinito.
1 comentario:
Es muy interesante el poema "Rojo", con un dejo de melancolía. Me gusta.
Graciela Aráoz
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