Desandando
volviendo
sin tiempo.
Las flores
son recuerdos
de ese instante
que baila
el baile de la vida
de la muerte.
Las hojas
del otoño
el frío
del cerro
que nos golpea.
El agua
cristalina
gélida
mágica
recorre los cuerpos.
Amaneciendo
con el vapor del alcohol
que inunda los ojos
los nubla
y brillan
en una lágrima de sal
en este cielo
azul y permanente.
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